sábado, 29 de septiembre de 2012
la rabia helena
Subí a la terraza anoche a disfrutar de ese momento con la lluvia que todo ser humano tiene que tener cuando comienza el Otoño, fue mi momento de despedir al verano, que se va, se lleva tardes de sol muy alegres, se lleva momentos que formaran parte de las futuras melancolías. Mientras tanto, las semanas transcurren con una deliciosa vuelta a la rutina, aunque no una cualquiera, una rutina con ansias de cambio.
Ese aire de cambio se extiende por todas las calles de la ciudad capital. Se mezcla con la sangre, y con las ansias de mejorar. Los paseos por Madrid se han convertido en carreras de pilla-pilla, donde ya lo ultimo que importa es esa sangre que se derrama, sino la convicción aplastada, y las ideas humilladas, pero es tiempo de cambio, el aire de la ciudad contagia a cualquiera, de esas ansias, pero sobre todo, de esa fuerza por mejorar.
Y es tarde para echarse atras
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