sábado, 28 de julio de 2012

El mar. El poder del mar


Tengo ultimamente de compañeras las canciones mas nauseabundamente encantadoras que mis oidos son capaces de escuchar, siempre he sido de gustos algo extraños con mi musica, supongo, que por ello mis pensamientos a veces son algo extraños tambien. Pero merece la pena deslizarse con la bici por las calles de esta ciudad con calima con esta musica que hace que solo piense en la felicidad del viento en la cara, llego a una colina desde la que se ve toda la ciudad y su mar, y procuro no pensar demasiado en la gente a la que un dia le entregue latidos acelerados de mi corazon, procuro liberar a mi cabeza de las cansinas preguntas filosoficas de quien soy y donde voy, porque no lo se y puestos a ser sincero, creo que nunca lo sabre completamente, procuro mirar a las nubes, y supongo que ese es el momento donde dibujar la sonrisa, y admitirme que a pesar de que la ciudad me traiga muchas inquietudes sobre todo del pasado, estoy donde quiero estar en mi vida. Me termino de merendar el paisaje, y no me detengo mas, vuelvo a deslizarme por las calles, es el mejor momento del dia.

domingo, 22 de julio de 2012

Viene y va


No logro entender esta sensacion que siento en la isla despues de haber vivido el año mas bestia en todos los sentidos de mi vida, me gustaria que alguien me explicase, pero nunca hay respuestas para preguntas que nunca me atrevo a hacer.

Los dias pasan con otra velocidad en la isla, se que nada es igual aunque en el fondo nada ha cambiado, y lo unico que puedo hacer es disfrutar del calor que no tengo el resto del año, de las viejas amistades, de las puestas de sol sobre piwi, donde seguir haciendome preguntas que nunca tendran respuesta al ritmo de Belice y del viento cargado de calima.