Tengo ultimamente de compañeras las canciones mas nauseabundamente encantadoras que mis oidos son capaces de escuchar, siempre he sido de gustos algo extraños con mi musica, supongo, que por ello mis pensamientos a veces son algo extraños tambien. Pero merece la pena deslizarse con la bici por las calles de esta ciudad con calima con esta musica que hace que solo piense en la felicidad del viento en la cara, llego a una colina desde la que se ve toda la ciudad y su mar, y procuro no pensar demasiado en la gente a la que un dia le entregue latidos acelerados de mi corazon, procuro liberar a mi cabeza de las cansinas preguntas filosoficas de quien soy y donde voy, porque no lo se y puestos a ser sincero, creo que nunca lo sabre completamente, procuro mirar a las nubes, y supongo que ese es el momento donde dibujar la sonrisa, y admitirme que a pesar de que la ciudad me traiga muchas inquietudes sobre todo del pasado, estoy donde quiero estar en mi vida. Me termino de merendar el paisaje, y no me detengo mas, vuelvo a deslizarme por las calles, es el mejor momento del dia.
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