Saltemos

Saltemos a ese vacio de las sensaciones desconocidas pero familiares, sin red ni paracaidas. No dudemos que los que nos quemaron la piel con caricias, ahora ya son pasado, y me parece genial pensar en el presente, y si acaso idealizar un poco el futuro, nadie es perfecto.

Es hora de subir tan alto como nuestras alas nos permitan, y precipitarnos al vacio sin sentir vertigo cuando se rompan, porque la vida consiste precisamente en eso, disfrutar del viaje de esta montaña rusa que nos afecta a todos por igual, para bien y para menos bien.